RAFAL
VEGA BAJASituado en plena huerta de la Vega Baja, se encuentra el municipio de Rafal. El topónimo hace referencia a la primera ocupación de este lugar por los árabes, aunque es probable que estas tierras fueran ocupadas para su uso agrícola en tiempos de los romanos. Repoblado por catalanes y aragoneses, la lengua hablada durante siglos fue el catalán hasta que una nueva repoblación con gentes venidas de Castilla, fue dando paso con el transcurrir de los años al castellano como lengua predominante.
«Rahal«, palabra árabe de la que se deriva el nombre del actual Rafal, es la forma en la que se designaba un territorio propiedad de un señor. Rahal Al-Wazir, nombre de Rafal durante la ocupación musulmana, significa “rahal del señor o ministro” por lo que el propietario de estas tierras debió ser un importante mandatario de la vecina Orihuela. Perteneció el lugar de Rafal a diferentes familias de la nobleza, siendo finalmente en época de Felipe IV para Jerónimo Rocamora y Tomás, nombrado Marqués de Rafal, que inició en 1636 la andadura de Rafal como municipio independiente de Orihuela bajo la estela del Marquesado.
Es el primer marqués de Rafal quien inicia las obras de construcción de la Iglesia de Rafal, dedicada a Nuestra Señora del Rosario, que se irá ampliando con el paso de los años, hasta conformar el trazado actual que se consolida en fechas ya recientes. En 1830, según el censo de la gobernación de Orihuela, Rafal contaba con 111 vecinos, muchos de ellos habitantes de barracas, la humilde y típica construcción que perdurará hasta mitad del siglo XX.
En esas fechas los cultivos predominantes eran el trigo, cebada, maíz, alfalfa, olivo, naranjos, moreras, lino y cáñamo.
Tanto él, como sus descendientes y sucesores proporcionaron a Rafal diversas infraestructuras que permitieron el desarrollo del municipio: un molino, una almazara, la parroquia… Tanto es así, que la colaboración de los distintos marqueses fue esencial en el desarrollo de un ambicioso, y necesario, proyecto promovido por el Sindicato Agrícola Católico. Una sociedad fundada en 1920, que además de traer al municipio la luz eléctrica, promovió la construcción de nuevas viviendas, con la inestimable ayuda de la condesa de Vía Manuel, para acabar con el hacinamiento de las familias rafaleñas en las tradicionales y paupérrimas barracas.
Durante el siglo XX la población experimentará un acusado crecimiento hasta llegar a 4.578 habitantes en 2021 y la economía de base predominantemente agrícola ampliará el abanico de oferta laboral hacia otros sectores como el de la industria (alimentaria, calzado, textil), el de la construcción y otros relacionados con servicios.
En la actualidad, Rafal sigue siendo un municipio en el que la agricultura, junto con la industria conservera, tiene un profundo peso en la economía del municipio.
Conoce un poco más de cerca Rafal.